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EROSKI
Entrevista
completa dia 25/09/2006
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VIVIENDA | COMPRA DE VIVIENDA
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Casas prefabricadas
Construidas principalmente con madera, estas viviendas
son hasta un 30% más baratas que las tradicionales y su
plazo de ejecución máximo es de seis meses
El mercado de la vivienda está cambiando. Al inmueble
tradicional, caracterizado por unos precios cada vez más
altos, le ha salido un serio competidor: las casas prefabricadas.
Esta nueva modalidad de viviendas está compuesta por piezas
fabricadas a medida que se montan en seco, con tornillos, y cuyo
coste es hasta un 30% más bajo que el de las construcciones
tradicionales. Una vivienda prefabricada de 100 metros cuadrados
ronda los 99.000 euros de media. Además, el plazo de ejecución
es de apenas seis meses, desde que se redacta el proyecto hasta
que se entregan las llaves, y las casas cuentan con un eficaz
aislamiento térmico y acústico. El principal inconveniente
es que se trata de casas ideadas como viviendas unifamiliares,
no para construcciones de gran tamaño, por lo que parece
que a corto plazo no se construirán en suelo urbano. De
hecho, aún no existe una normativa específica para
este tipo de construcción.
Azucena García
Septiembre, 2006
Principales ventajas
Las casas prefabricadas cuentan con una importante tradición
en países como Suecia, Canadá o Estados Unidos.
Se trata de viviendas construidas a partir de piezas cortadas
a medida y su material principal es la madera, un excelente aislante
tanto del frío como del calor. En España este modelo
aún no está muy extendido, todavía hay cierta
desconfianza respecto a su seguridad y estabilidad, aunque comienza
a ser una alternativa muy interesante a las construcciones tradicionales
debido al menor coste y al tiempo de ejecución.. En cuanto
al tiempo, desde que se encarga el proyecto hasta que se finaliza
apenas transcurren, “como máximo”, seis meses.
“Las casas prefabricadas tienen como principal ventaja la
rapidez de construcción y la posibilidad de asegurar costes,
es decir, que aunque los costes iniciales suelen ser más
altos que los de una construcción tradicional, el precio
que se estima al principio coincide con el precio final”,
subraya el decano del Colegio de Arquitectos de Madrid, Ricardo
Aroca.
Estas casas prefabricadas suelen ser construcciones empleadas
como segunda residencia. Según Aroca, “éste
es prácticamente el mercado que está manejando ahora”,
aunque cada vez son más los que optan por utilizar estas
viviendas para vivir de manera continuada. “A medida que
se conocen, las ventas se multiplican. Incluso hay personas que
han vendido sus casas y se han comprado otra prefabricada cerca
de la playa o en la montaña. Son casas para toda la vida
con un mantenimiento igual o menor que el de las casas convencionales
porque cuentan con materiales exteriores que no requieren ningún
cuidado especial. Lo que no parece previsible es que a corto plazo
se hagan un hueco en suelo urbano, al menos no en construcciones
de gran tamaño, “si bien hoy en día una parte
de los elementos de construcción ya están prefabricados,
es decir, no están hechos a medida sino que son elementos
estándar, como las puertas”, explica Aroca.
Otra de las ventajas de estas casas es su resistencia a la corrosión,
puesto que en lugar de estructuras metálicas suelen emplearse
otras galvanizadas. Destaca, además, su capacidad de aislamiento
térmico y acústico gracias al empleo de materiales
como el yeso y otros aislantes. Precisamente, esta característica
permite un menor consumo energético, así como una
mayor intimidad y una construcción más ecológica.
“No hay que dejarse llevar por prejuicios, éste es
un tipo de casa con mucha tradición en el mercado americano
y no presenta ningún problema ante cualquier adversidad
climatológica. Permiten ahorrar tanto en calefacción
como en aire acondicionado y son casas totalmente resistentes
y seguras, porque siguen la misma normativa que una construcción
tradicional”. No obstante, Ricardo Aroca, reconoce “la
dificultad de adaptar el diseño a caprichos o necesidades
de quien las compra, porque durante la construcción no
es fácil hacer cambios. Una vez que se hace el proyecto,
uno sabe lo que compra y hay poco margen para el cambio”.
Proceso de construcción
El primer paso para contar con una casa prefabricada es disponer
de un terreno donde construirla. Si esto no es posible, la empresa
que vende la vivienda puede encargarse de buscar también
la parcela. Posteriormente, un arquitecto redacta el proyecto,
se solicita la licencia de obras al Ayuntamiento correspondiente
y se comienzan las labores de cimentación con hormigón,
sobre el que se coloca la estructura de madera. En algunos casos,
la estructura de la casa es importada desde el extranjero y en
otros la construcción se lleva a cabo íntegramente
en España. Después se instalan las paredes tipo
sándwich, con una capa de madera, otra de material aislante
y otra más de pladur a ambos lados, es decir, el acabado
de las paredes es en escayola, salvo que el comprador pida otra
cosa.
Según explica el investigador del Instituto de Ciencias
de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc), perteneciente
al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, “esta
construcción es más fiable que la tradicional, puesto
que se hace de forma industrializada y no a pie de obra, Además,
desde el punto de vista de la durabilidad, aunque no está
probada en Estados Unidos llevan un montón de años
de experiencia con este tipo de casa y la media, en buenas condiciones,
es de 20 años, una cifra más que razonable”.
Una vez que las piezas están fabricadas y cortadas a medida,
se trasladan en paquetes o kits al terreno donde se va a construir
la casa y se procede al montaje en seco. También se instalan
los sanitarios correspondientes a los baños y se entrega
la casa con cocina equipada y puntos de luz o armarios empotrados.
Este tipo de casas también admite la construcción
de garajes y desvanes, mientras que el tejado suele tener acabado
en teja. Las paredes del exterior se recubren generalmente con
pintura plástica resistente al agua, al gusto del comprador,
y los suelos quedan recubiertos de gres. También es habitual
entregar la vivienda con calefacción, tomas de televisión
y teléfono, instalación de agua y alumbrado interior.
En cuanto al grosor de las paredes, suele ser menor que el de
una casa tradicional, lo que permite aprovechar mejor los espacios,
y todos los elementos están atornillados para un mejor
reparto de las cargas. Todas estas condiciones contribuyen a que
sea una construcción más limpia, en la que apenas
hay material sobrante y que ofrece la posibilidad de combinar
diferentes materiales.
Normativa reguladora
Las casas prefabricadas no cuentan con una normativa específica
que regule su construcción, sino que deben adaptarse a
la normativa de cada comunidad autónoma o municipio en
el que se construyen. El decano del Colegio de Arquitectos de
Madrid asegura que a pesar de esta circunstancia “cumplen
con la normativa vigente de edificación porque, de lo contrario,
no obtendrían los permisos y licencias municipales necesarios”,
aunque compara la compra de una de estas casas con la compra de
un coche. “Cada uno se compra la casa que quiere según
sus necesidades, por ello se trata de un tipo de edificio que
irá haciéndose un hueco en el mercado, restringido
de momento, eso sí, a la vivienda unifamiliar”, augura.
Por su parte, desde el Instituto de Ciencias de la Construcción
Eduardo Torroja explican que estas construcciones “no requieren
una licencia de construcción al tratarse de un procedimiento
industrial”y, aunque reconocen que “técnicamente
a veces los ayuntamientos ponen pegas, no hay más que instalar
la vivienda en una parcela, hacer las acometidas necesarias de
electricidad y ya se puede vivir en la casa”. “Son
campos confusos, no estrictamente regulados por la normativa de
los ayuntamientos y que pueden dar lugar a enfrentamientos, pero,
en principio, son construcciones industriales que se fabrican,
se llevan a un lugar y se montan. De hecho, tenemos serias dudas
de que cumplan las especificaciones en aislamiento térmico
y acústico porque no hay una normativa para casas de este
tipo”, precisa.
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